
A 40 años de la llegada de la familia Burg a Chile, los estudios de chocolatería aprendidos en Suiza permanecían -hasta el día de hoy- inalterables en el proceso de fabricación de Bombones Dos Castillos.
La empresa se había consolidado con un público fiel y la demanda de los productos había aumentado. Esto permitió contratar a más personas para llevar adelante la elaboración artesanal a mayor escala, privilegiando por sobre todo, conservar el sabor y la tradición de siempre.